Recorriendo las calles de un lugar olvidado
En la mañana del ocho de marzo, Día Internacional de la Mujer, estudiantes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué exploraron el corregimiento La Chamba situado a las orillas del río Magdalena en el corazón del Tolima. En un entorno marcado por la bella artesanía que trabajan sus habitantes y el silencio de un pueblo que se debate entre el abandono y la poca presencia estatal, los habitantes de La Chamba buscan soluciones reales a sus problemáticas.
Estudiantes de la escuela audiovisual de La Chamba. Autor: Sofia Martinez.
La Chamba se encuentra en el legado Pijao hace más de 300 años y desde 1937 son reconocidos a nivel nacional por la elaboración de piezas en barro, sin embargo, han marcado su diferencia por ser una comunidad olvidada y vulnerable que busca ser apoyada. La principal fuente de ingresos está en las artesanías de barro, que dependen de los cuatro elementos que brinda la naturaleza: tierra, agua, aire y fuego pero, sobre todo, del amor de sus artesanos que son más del 85% de la población. Actualmente las 1 300 personas que habitan La Chamba se dedican a la fabricación de estas artesanías utilizando tres clases de barro: arenoso, liso y barniz.
La participación de la comunidad se ha visto afectada por las guerras de poder que se presentan en el territorio, ocasionando que la opinión y decisiones del territorio se vean afectadas. A lo largo de la visita se ha evidenciado la falta de compromiso con la comunidad por parte de entidades gubernamentales. En el tiempo transcurrido durante el 2023 se destinaron 120 millones de pesos para la renovación del Malecón. “Este Malecón Turístico del Centro Artesanal de la Chamba está ubicado a solo una hora de la ciudad de Ibagué, a 15 minutos de El Espinal y a 20 minutos del casco urbano de El Guamo. Lo hemos recuperado para el turismo y para que miles de personas no se pierdan la oportunidad de conocer todo el proceso de elaboración de elementos y utensilios aquí en La Chamba”, afirmó en su momento el alcalde del Guamo, Rafael Monroy. En él se realizaban actividades recreativas y permitía la venta de artesanías. Hoy, este centro artesanal es un elefante blanco, olvidado y en ruinas.
Por otro lado, la poca comunicación entre los habitantes para mantener en adecuadas condiciones el corregimiento está afectando sus ingresos y la visita de los turistas. La falta de conciencia con el entorno ha afectado el aspecto de la vereda, los pocos lugares que son llamativos para los demás e, incluso, el bienestar de los animales de la zona.
“Pagan una miseria... Son apenas 30 mil pesos por tarea”, así comentaba una de las niñas residentes del corregimiento y participante en la Escuela Audiovisual. La realidad de los productores de artesanías es sumamente invisibilizada e ignorada, tanto por la sociedad como por el Estado. Aunque se han implementado algunos proyectos como “Expoartesanías”, estas iniciativas son soluciones esporádicas que no abordan las problemáticas sociales y económicas de raíz. Un claro ejemplo es lo que sucede con las artesanías de La Chamba, donde en medio de la intermediación, el artesano es quien menos gana por cada transacción. Este fenómeno no se limita solo a La Chamba; está presente en todo el país, como lo evidencia el censo publicado por 'artesaniascolombia' en el 2020. Según este censo, casi el 82% de los encuestados manifestaron que el ingreso promedio mensual de sus hogares por la comercialización de artesanías es inferior a un Salario Mínimo Mensual Legal Vigente.
Frente a la realidad donde el 82% de los artesanos en La Chamba apenas logran sobrevivir con ingresos inferiores al Salario Mínimo Mensual Legal Vigente, surge una urgente necesidad de impulsar iniciativas que generen un impacto real y sostenible en la comunidad. En este contexto, la creación de la Escuela Audiovisual se presenta como una oportunidad única para transformar esta situación con el firme propósito de promover el talento y la creatividad de la juventud en La Chamba. Este proyecto representa mucho más que simplemente enseñar técnicas de producción audiovisual. Es un espacio de encuentro, aprendizaje y empoderamiento para los jóvenes de la comunidad, además, busca brindarles las herramientas necesarias para expresar sus ideas, contar sus historias y explorar su potencial artístico a través de los videos, la fotografía y otras formas de expresión audiovisual.
Con lo anterior, es importante recalcar que en La Chamba la comunidad se ha destacado siempre por su legado de tradición artesanal, una imagen que perdura a lo largo de los años. Por esto, se han propuesto actividades que ayuden a plasmar la identidad de los artesanos, su entorno y sus propósitos para el futuro. Dentro de la propuestas para este primer semestre de 2024 se propuso la creación del “mural deja tu huella”, con el propósito de enriquecer la creatividad y fomentar la interacción en la comunidad, fortaleciendo así su identidad cultural. Con este objetivo en mente, se planea la creación de el mural con el acompañamiento de la comunidad, para reflejar en sus imágenes el trabajo laborioso de las generaciones que han contribuido al arte del barro en la región, y resalate su historia y sus valores. Finalmente, para el mes de mayo se tiene prevista la realización de la Mesa Ciudadana, un encuentro de toda la comunidad y los estudiantes de la Universidad de Ibagué para entregarle a la comunidad las propuestas académicas que se han venido desarrollando en el marco de esta intervención participativa en uno de los centros artesanales más importantes de Colombia.
De esta manera, quedrá registrado el trabajo conjunto que se viene realizando con la comunidad y, especialmente , con los estudiantes de la escuela, quienes tuvieron la oportunidad de recibir de los estudiantes de Comunicación Social y Periodismo un primer en el malecón turítico, con el propósito de explorar las perspectivas de la comunidad y proporcionarles herramientas y conocimientos básicos para la creación de productos multimedia, y consolidar la Escuela Audiovisual de La Chamba. Como resultado, se superaron las primeras impresiones tanto de los estudiantes universitarios como de los niños y jóvenes participantes. Y como resultado, se pueden destacar tres puntos fundamentales: en primer lugar, la preocupación por el manejo de residuos en áreas verdes y la escasez de puntos de recolección; en segundo lugar, la presencia de problemas económicos, atribuibles principalmente a dos grandes factores: la falta de turismo y los bajos salarios que ofrece la empresa con la que realizan negocios; por último, se identificó una sensación de falta de unidad dentro de la comunidad, la cual se considera fundamental fortalecer los lazos comunitarios y poder avanzar hacia un mejor futuro.
La Chamba, un reflejo de resiliencia y arte en el Tolima
Entre la tradición y la modernidad
La Chamba vive
En lo profundo del interior del Tolima se encuentra un lugar especial que ha resistido el paso del tiempo y las adversidades con determinación: La Chamba. Este pintoresco corregimiento, anclado en las colinas verdes, salpicado por el río Magdalena y moldeado por el barro, es mucho más que un simple punto en el mapa; es un testamento vivo a la resiliencia y la belleza que caracterizan al territorio tolimense.
Hoy, desde una perspectiva arraigada en este territorio, se invita a la reflexión sobre La Chamba, donde manos laboriosas buscan que a través de su trabajo artesanal, lleguen las oportunidades para el verdadero progreso.
Allí, en aquella tierra ancestral que nos acoge con sus brazos abiertos, aprendemos a adaptarnos a los cambios en medio de la agitación del mundo moderno. La Chamba nos muestra la importancia de volver a nuestras raíces, de reconectar con la naturaleza y apreciar la fusión de colores que dan vida a una cerámica llena de historia. Pero más allá de su belleza natural, La Chamba es un ejemplo inspirador de comunidad y solidaridad. Sus habitantes, orgullosos de su herencia y de su identidad cultural, trabajan juntos para preservar sus tradiciones y proteger su entorno. Desde la siembra de cultivos tradicionales hasta la celebración de festivales folclóricos, cada actividad es una oportunidad para fortalecer los lazos que los unen y reafirmar su compromiso con el futuro de su comunidad.
Es un lugar donde el arte y la artesanía se entrelazan con la vida cotidiana de sus habitantes. Desde tiempos inmemoriales, las manos hábiles de los alfareros locales han dado forma al barro, transformándolo en exquisitas piezas de cerámica que reflejan la belleza y la identidad de esta tierra. Cada pieza es una obra maestra única, tallada con amor y cuidado, y adornada con intrincados diseños que recuerdan la riqueza cultural del Tolima.
Pero la cerámica de La Chamba va más allá de ser simplemente un arte; es una expresión viva de la historia y las tradiciones de la región. Cada forma, cada línea, lleva consigo la memoria de generaciones pasadas que han honrado el oficio del alfarero y han transmitido sus conocimientos de padres a hijos. Es un legado que se mantiene vivo gracias al compromiso y la pasión de aquellos que se dedican a preservar esta herencia cultural.
Los cuadernos del Barro – Artesanias de Colombia mencionan que el moldeado del barro es principalmente hecho por las mujeres y el material es recolectado y preparado por los hombres. Se elaboran tres tipos de cerámicas: la negra, la roja y la rústica sin barnizar; para esto, usan tres clases de barro, liso oscuro, arenoso gris y arcilla roja. Se usan dos técnicas de elaboración: el modelado y el moldeado. El modelado es la técnica más tradicional y se realiza directamente con las manos, utilizando un mínimo de herramienta para formar los diferentes objetos y representaciones.
En cada paso que damos por estos caminos de tierra, en cada mirada que lanzamos hacia el horizonte, nos encontramos uno de los lugares más emblemáticos de La Chamba. Su encantador malecón turístico, que serpentea a lo largo de las orillas del río Magdalena, ofrece vistas impresionantes y oportunidades para el descanso y la contemplación. Aquí, los lugareños y visitantes se reúnen para disfrutar de la brisa fresca, compartir historias en familia o practicar la pesca.
Academia y comunidad
La propuesta de la Universidad de Ibagué incluye una serie de iniciativas destinadas a promover actividades recreativas, culturales y de aprendizaje, buscando una herramienta sostenible para fomentar el turismo sustentable en La Chamba. Entre las medidas planificadas se encuentran la promoción de eventos culturales y artísticos, y la creación de espacios para la venta de productos locales y artesanías. Como se hace en Artebarro La Chamba
El impacto potencial de este proyecto en el Malecón de la Chamba-Tolima es considerable. En primer lugar, se espera que la oferta de actividades atraiga a un mayor número de visitantes, lo que generará un aumento en los ingresos para los comerciantes locales y los prestadores de servicios turísticos. Además, la promoción de eventos culturales y la venta de productos locales contribuirán a preservar y promover la rica herencia cultural de la región por medios de las redes sociales.
Hace ya algún tiempo la comunidad del territorio “Dado a su alto volumen de turistas, los habitantes de la vereda de La Chamba, ubicada en el municipio del Guamo, exigieron a su alcalde recuperar el malecón del río Magdalena, que fue abandonado y cerrado en 2012 a causa de la falta de mantenimiento y cuidado, según se lee en el diario impreso de Ibagué, El Nuevo Día. (Documento)
El proyecto que adelanta desde el 2023 la Universidad de Ibagué, a través de docentes y estudiantes de Paz y Región, y los programas de Psicología y Diseño, recibe un impulso adicional en este 2024, gracias a la colaboración entre los estudiantes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué, el proyecto Paz y Región y los estudiantes del Colegio La Chamba, al hacer realidad la Escuela Audiovisual La Chamba, donde participan once estudiantes de esta vereda. De esta manera, con este y otros proyectos que se dinamizan desde la academia se pretende fomentar en los jóvenes competencias en el área audiovisual, para dar a conocer la rica historia cultural y patrimonial de este pueblo del departamento del Tolima.
Este pintoresco corregimiento, anclado en las colinas verdes, salpicado por el río Magdalena y moldeado por el barro, es mucho más que un simple punto en el mapa; es un testamento vivo a la resiliencia y la belleza que caracterizan al territorio tolimense.
Artesanía y abandonó: El lamento silencioso de La Chamba
Mientras los artesanos siguen creando maravillas de barro, los caminos descuidados y las estructuras en ruinas cuentan una historia de desatención estatal y pobreza. Ubicado en el municipio del Guamo, Tolima, La Chamba moldea una historia de olvido y desencanto. Un llamado para enfrentar esta realidad y proteger nuestro patrimonio cultural.
La Chamba, enraizada en la historia ancestral de la región, es reconocida por sus excepcionales cerámicas negras, cuya técnica milenaria ha sido transmitida de generación en generación. Sin embargo, a pesar de su importancia cultural y económica, el centro artesanal ha sido sistemáticamente marginado por las políticas estatales, que no han brindado el apoyo necesario para su desarrollo y preservación.
La situación es desoladora, las casas coloniales se desmoronan lentamente y los talleres de artesanía luchan por sobrevivir en medio de la adversidad. Los artesanos, con sus manos expertas, continúan elaborando piezas únicas que son valoradas en el extranjero.
La Realidad de La Chamba: testimonios de abandono
Durante este recorrido, se dialogó con algunos habitantes de la zona y muchos expresaron sentirse abandonados por el Gobierno. A su vez, lamentan la falta de infraestructura adecuada para exhibir y vender sus creaciones. Otros se quejan de la escasa promoción turística que limita el flujo de visitantes y clientes.
Por otro lado, algunos jóvenes como Sandra Sandoval, que pertenecen a la Escuela Audiovisual de La Chamba, comentaba cómo las veredas aledañas se ven afectadas por esta realidad, dado que, los habitantes flotantes del sector trabajan brillando estas artesanía y lo toman como un sustento importante.
Perspectivas de los estudiantes: mucho trabajo y poco apoyo
Los estudiantes que participaron en esta investigación coinciden en señalar la urgente necesidad de revitalizar La Chamba. Desde su perspectiva, el abandono de este centro artesanal no solo representa una pérdida cultural, sino también un obstáculo para el desarrollo económico de la región. Por otro lado, identifican como los retos problematizan mucho el libre desarrollo de las actividades que se proponen, por lo que tratan de buscar distintas alternativas que ayuden a fomentar la movilización de la población.
La Chamba: El lugar donde la falta de apoyo y compromiso mata el arte y la cultura. Según datos recopilados durante la investigación, el 78% de los artesanos de La Chamba son mujeres, destacando el papel fundamental que desempeñan en la preservación de esta ancestral técnica.
Para finalizar, el centro artesanal La Chamba en medio de su aparente abandono es la esperanza de muchas familias . No obstante, se debe hallar una solución creativa para su supervivencia y, a su vez, es responsabilidad de todos asegurar que este invaluable legado cultural perdure para las futuras generaciones.